
Todo empezó en 1990, cuando José Hernández Díaz (Pepote), con tan solo 13 años, vio por primera vez un cajón. Actuaron nada menos que Rubem Dantas y Manolo Soler, acompañando al maestro Paco de Lucía en uno de sus espectáculos. Esto lo animó a investigar ese misterioso instrumento, aunque en la época anterior a Internet no había información en tiendas, revistas, libros y otras fuentes.
Con la madera a su disposición y las medidas completamente inventadas, fabricó su primer cajón, del que tomó notas para futuras pruebas, lo que progresivamente le animó a desarrollar el instrumento de forma autodidacta.
Desde niño comenzó a vender cajones a familiares y amigos para cubrir los gastos de material, y su tesón empezó a verse recompensado por el interés que sus instrumentos despertaban en las diferentes tiendas de música de su ciudad.
Con la empresa en funcionamiento y la ayuda de los primeros trabajadores, Pepote vende cajones en toda España y comienza las primeras exportaciones a usuarios de todo el mundo. Si hay algo que sitúa a Pepote como un referente internacional en la fabricación del cajón flamenco son las ganas de experimentar.
A día de hoy, Pepote sigue reservando un generoso margen de tiempo para realizar todo tipo de montaje, afinación y pruebas del sistema de sonido, lo que convierte a la empresa en un referente internacional en la fabricación de cajones y uno de los mayores responsables de la evolución de este fantástico instrumento.