Guitarra – Histórias en Amor maior
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No hay amor como el primero, no hay guitarra como el primero. En el primer acorde o en el primer beso, hay algo que acierta y se queda para siempre. O hasta que nos volvamos a enamorar.
Hay guitarristas que se enamoraron tanto de sus guitarras que les pusieron nombres y, como una pareja perfecta, juntos eran mucho más que la suma de sus partes.
El caso más sonado es el de BB King con su Lucille, que no era una, sino varias guitarras. Según la leyenda, en 1949, todavía en la búsqueda de convertirse en el rey del blues, BB King estaba tocando en un bar cuando comenzó un incendio. En medio de la fuga, olvidó su guitarra y arriesgó su vida volviendo al bar en llamas para salvarla. Posteriormente, se descubrió que el incendio comenzó debido a una discusión entre dos hombres sobre una mujer llamada Lucille.
En el espíritu del blues, BB King decidió nombrar a esta mujer que hizo sufrir a la guitarra que liberó de ese infierno. Esa guitarra fue robada poco después del maletero de un coche, pero BB King siempre llamó a sus guitarras Lucille, para recordar dos cosas: nunca discutir por una mujer, y nunca volver a cometer la estupidez de entrar en un edificio en llamas.
Otra guitarra con una historia interesante es Lucy, quien “salió” con algunos de los mejores guitarristas de todos los tiempos. Lucy era originalmente una Gibson rubia nacida en 1957, pero Rick Derringer, uno de los clásicos del rock americano, decidió convertirla en pelirroja. Y su relación cambió: Derringer pensó que Lucy ya no era la misma y, en 1966, la dejó en una tienda de guitarras, muy frecuentada por los grandes músicos de la época. Aquí viene Eric Clapton y se la lleva con él. Fue una relación efímera, pues Clapton dejó a Lucy con su amigo George Harrison, uno de los chicos de aquella conocida banda de Liverpool. Los dos mantuvieron una relación especial hasta que, en 1973, Lucy fue secuestrada (podríamos decir “robada”, pero no hablamos de un mero objeto). Después de un tiempo, Lucy fue rescatada luego de negociaciones con la persona que sin darse cuenta la adquirió de los criminales. George y Lucy llevaron vidas felices y llenas de música hasta la muerte de Harrison en 2001.
Como ya habrás notado, ya sea para siempre, o simplemente para los mejores momentos de nuestra vida, hay guitarras que dejan huella.
Mira algunos de los que te puedes enamorar y ten cuidado: ellos nos eligen a nosotros.