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Este juego de cuerdas Thomastik de 135 se utiliza en los violines 4/4. Son cuerdas de excelente calidad, que se mantienen estables incluso con cambios de humedad. Tienen un sonido con gran definición.
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Las Thomastik de 135 son la referencia en las cuerdas de violín. De tensión media, para violines de dimensión 4/4.
El juego de cuerdas Thomastik es el más famoso entre los violinistas del mundo entero. Hechas con un núcleo sintético altamente flexible, suenan como las cuerdas hechas de tripa, de tonos cálidos, pero mucho más estables en la afinación, por ser menos sensibles a los cambios de humedad.
El sonido lleno y estable de las cuerdas de los vástagos es brillante, pero sin parecer metálico, se tocan con el arco o en pizzicato, y la definición de las notas se mantiene incluso en pasajes más complejos.
En el núcleo de las cuerdas de viento está Perlon, un polímero altamente resistente y flexible, que tiene las características ideales para la producción de cuerdas para instrumentos musicales, además de proporcionar una alta calidad del producto final a un precio asequible.
El revestimiento de cada cuerda es de aluminio sobre un núcleo de acero en el Mi, de aluminio alrededor de Perlon en el Lá y en el Ré, y de Perlon revestido la plata en el Sol.
Las Thomastik de 135 se fabrican en Austria por uno de los mayores productores de cuerdas para violín del mundo. Thomastik-Infeld nace en 1919 de la colaboración de un luthier, el Dr. Franz Thomastik, con un ingeniero, Otto Infeld. Los dos desarrollaron investigación en los mejores materiales para fabricar cuerdas para diferentes instrumentos. Después de la muerte de los dos mentores de la marca, la empresa queda en la mano de la familia Infeld que la llevó al liderazgo mundial del mercado de cuerdas para instrumentos musicales.
La tradición, asociada al desarrollo tecnológico que siempre promovieron en la fabricación de sus productos, hizo que las cuerdas Thomastik, y particularmente las vides, fueran las favoritas de violinistas como Itzhak Perlman y Pinchas Zukerman.
Las Thomastik se merecen el nombre que tienen.
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